Comenzamos este modesto relato con un homenaje a los valientes que desafiando las
ira de los dioses y de quien les esperaba en casa unas dos horas antes,
continuaron adelante, a pesar de tener garantizadas las noches en el sofá y las
labores domésticas como penitencia.
08:15 de la mañana,
cuando salgo de casa, voy tarde, cuando
llego a La Terraza en Sada ya estaban todos. Hoy las cabras del Club Atletismo
Sada, a los que acompañábamos algunos cervatillos, hemos quedado para hacer un
entreno trail, por “as fragas do Eume”
con un doble objetivo, coger algo de fuerza, con vistas a lo que se nos
avecina el sábado que viene, y de paso reconocer el terreno para valorar la
posibilidad de poder ir una jornada con más gente.
Aparcamos al lado del
rio, foto de familia y arrancamos.
Hacemos dos grupos, Bea y
Elena van por su cuenta, piensan hacer menos distancia, aun así les saldría una
buena tirada.
Esta vez guía Manuel que es el que más ha “trabajado” la zona
Cruzamos el primer
puente, vamos por un camino rápido admirando el rio que va muy crecido, el
ruido del agua no deja oír ni las advertencias.
En seguida empieza la
fiesta… el camino desaparece debajo del agua, casi parece un aquatlon.
En seguida llegamos a la parte más “técnica”
del recorrido, piedras mojadas, subidas
y bajadas “of road” nos lo tomamos con algo de calma y echándonos esa mano que nunca falta en el montes unos a otros y no dejar a nadie atrás en esta zona.
La Fraga esta
impresionante, corremos por una alfombra de hojas y musgo, es la mejor época
del año para venir, la humedad, el verde de los árboles, el marrón del suelo y
sobre todo la fuerza con la que baja el rio…
Llegamos a la base del
monasterio de Caaveiro, al final decidimos subir, para darle algo de pendiente
al recorrido, (error al final, subida habría de sobra) y tenemos que hacer un
vadeo, bastante por encima de las rodillas.
Nuevo retrato típica de
la zona y bajamos, alli Nacho se despide,
decide darse la vuelta , ya ha tenido bastante agua por hoy, los demás
empezamos a trotar hacían nuestro teorico final, la central de “Do Parrote”,
por un sendero estrecho de continuas subidas y bajadas pero que deja correr,
aquí ya no llega el rio, pero si tenemos barro suficiente para “fozar”.
Por desgracia, como suele
pasar con estas cosas, nunca se tiene suficiente, y en un alarde de valentía,
que después costaría graves disgustos en algunas casas, por la hora de regreso,
decidimos “ tirar palante, que aquí hemos venido a entrenar y no a pasear”, y
continuamos hasta la centra de “Ventureira”. Por el camino, cascadas
espectaculares.
- Venga, nos damos la
vuelta…
- Podemos seguir subiendo
un poco más….
Venga hombre que si seguimos así llegamos As
Neves.
- ¡No hay güevos! (frase
mágica)
La piara de jabalís se
lanza de nuevo monte arriba camino del antiguo depósito del salto de agua,
escaleras, zig-zag y por supuesto, menos risas…
En tres km se ascienden más de 300 metros.
Vistas espectaculares.
Que, ¿ya?, pues no más
arriba.
-¿Pero es que os habéis
bebido el sentido? – decía Joan.El último tramo es una
tortura entre restos la tala de eucaliptos.
Una vez allí nos dimos
cuenta de que no teníamos muy claro como volver, y nos apetecía muy poco
descorrer lo corrido.
Así un poco de asfalto en
lo que parecía la dirección correcta, algo más de tres km. Y una parada a
preguntar, volvimos a ver el monasterio, descenso vertiginoso, espectacular.
Al final un poco de
lluvia, pero en el unas almas caritativas (Bea y Berto) desenfundan el termo
con caldo y el bizcocho.
Conclusiones, recorrido
espectacular por el Eume, con muchas posibles alternativas.
Antes de ir un
grupo más grande, tenemos que “pulir” esos tres km de asfalto.
Pero seguro que no será la
última ruta por la zona.
El Grinch
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