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martes, 13 de mayo de 2014

Crónica Órdes

Crónica de Órdes, en la que se habla de lo que se verá.

El domingo 11 de mayo tuvo lugar la XIX carrera popular de Órdes,  segunda prueba del segundo circuito Diputación de A Coruña, a la que llaman excelentísima. (A la diputación, no a la carrera. En mi opinión ninguna lo es). Las carreras modestas, que en general me agradan mucho, deben de apoyarse y por ello asisto a las que puedo.  Pero no hasta el punto de ocultar sus carencias. Si no se las critica, se les impide mejorar. El que siga leyendo comprobará a que me refiero.
La carrera se disputa sobre 9,5 km, circular, totalmente de asfalto y sobre un recorrido que a mí me pareció bastante anodino y desangelado. Creo que no sería difícil encontrar recorridos alternativos más atractivos. Al que argumente que es el recorrido habitual, ya clásico, le respondo que lo clásico tuvo un inicio y por tanto fue novedoso y así debe de permanecer  hasta que se renueve para mejorarlo.
Se inscribieron  unos 240 corredores en la categoría absoluta. Se clasificaron 214. La participación me parece corta, en especial para formar parte del circuito. ¡Como han cambiado las cosas para que más de 200 participantes parezcan pocos en una carrera popular modesta, cuando hace diez años se hablaría de gran participación!. Alegrémonos del cambio, pero en  escasa se queda. Había una única mesa para la recogida de dorsales de la absoluta. Mucho no parece aunque no hubo grandes colas dada la participación.
 El día soleado y fresco, resultaba frío en tirantes y a  la sombra. Se lo comenté a Eliseo. “Xa verás que pronto quences”, me replicó y bien pronto comprobaría lo acertado de la profecía. Y aún se quedó corto, me faltó poco para hervir. El CAS participó con 8 atletas, que no puede considerarse multitud. Dado el número los cito expresamente : José Antonio, Carlos, Fernando, Miguel, Begoña, Ángeles. Eliseo y Paco. Ese fue el orden de llegada. Salimos a las 11:50 en punto, hora de partida no muy habitual. Como siempre, iba detrás pero dado lo despejado mi observación resultó en esta ocasión más precisa. Se dio una primera vuelta corta, de aproximadamente 1 km, pasando de nuevo por meta, con lo que nos enseñaron, las curvas y repechos duros que habría justo antes de la llegada. La hicimos Ángeles, Eliseo y yo, juntos. Bajada tras la meta, y paseo peatonal. Los llevo a unos 20 metros. Más delante Begoña y a lo lejos Fernando. Al resto ni los veo, pero me imagino que salieron porque llegaron. Km 2. Curva, cuesta dura y enlace en una carretera amplia, subibaja, recta, totalmente abierta y en donde caía un sol vengativo. Corríamos por el arcén, separados del tráfico por conos. Ello quiere decir que estaba abierta al tráfico. Me parece increible que no haya carreteras de segundo orden que puedan cerrarse o restringirse mucho la circulación y que resulten más atractivas. Sólo veía a Begoña ocasionalmente y Ángeles y Eliseo iban a unos 100 metros. En el km 5, por fin giramos hacía una carretera secundaria con zonas de sombra, con una cuesta dura inicial y posteriormente subibaja. Bien medida y señalizada. Vuelvo a cruzarme con algún coche. Aproximadamente en el Km 6, avituallamiento líquido. Un gozoso placer. No vi un contenedor para tirar la botella, así que al suelo, a engorrinar. Me noto cansado, pero adelanto a más de los que me adelantan, así que los de mi nivel, deben de ir peor. El trayecto era sinuoso así que a los compañeros  los perdí de vista. Aproximadamente en el km 8, pasamos por el Pazo de Biduero, hermosa construcción del siglo XVII, rehabilitada como restaurante, cuyo escudo figura en la camiseta conmemorativa que nos regalaron. Me pareció la única imagen reseñable del recorrido. Cuesta abajo larga, con posterior subida zigzagueante, ya recorrida en la vuelta corta, para la llegada a meta. Lo tripito, el recorrido  no me resultó agradable y no por duro, que lo és, sino por insulso. A la llegada excelente bolsa del correrdor, (bizcochos, palmeritas, zumo, agua, mandarinas, naranja, manzana, peladillos y camiseta). Pero la bolsa nos la dieron anudada con los bizcochos dentro, con lo que había que desanudarla para rellenarla, lo que  provocó un  atasco. Menos mal que a esas alturas hacía sol y buena temperatura. Y peor hubiese sido con buena participación.
 Contemplo el forerruner y me sale una media de 5:17. No lo entiendo, porque me correspondió el dorsal 246, pares sucesivos y según la Cábala Pitagórica excelente presagio. La interpretación numerológica es árdua, pero, como el Papa, infalible cuando acierta. Cuando lo compruebo, al día siguiente, resulta que el GPS me ha restado 350 metros, (multiplica por 6 el error habitual), con lo que la media se queda en  5:06. Modesto  pero más digno. Se ha enterado que he comentado que corrí mejor sin él y el instrumento, que también tienen su orgullo, se ha vengado. Sigo sin conseguir 50 en 10.000, ni ligar. Al margen, creo que es una nueva evidencia de cómo han mejorado las carreras. A esa media entré entre los 25 últimos. A pesar de ello estoy contento. (Me recuerda la anécdota de la hiena, que siendo monógama, comiendo carroña y apareándose una vez al año, aún se ríe). He mejorado, aunque como los demás compañeros lo han hecho en mayor medida, cada vez me distancian más.
Y dejo para el final la pega más grave, no acabo de encontrar la clasificación de los menores. ¡Y eso si que no!. A quienes participan con tanta generosidad, entrega y entusiasmo, no se les puede defraudar. Hay que mimarlos y cuidarlos mucho más. No puedo citarlos y bien que lo siento.
Si puedo seguiré participando, con el excelente ambiente habitual del CAS, pero lo que me gustó buena falta hizo. Demasiados errores he encontrado en esta carrera.

No conseguir bajar de 50, me tiene de un humor de perros.

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