El
domingo 22 de junio de 2014, se celebró en Ferrol la II carrera de la
Construcción Naval, que tal como va todo en esa mi querida ciudad, bien podría
ser que acabe siendo la carrera el único vestigio de la construcción naval que
quede.
Se
trata de un 10.000 urbano que, de acuerdo con el nombre, se desarrolla en
los alrededores y el interior de los astilleros. Se divide en una vuelta
pequeña de unos 2 km y otra mayor de unos 8 km, que tan sólo comparten un corto
trayecto y la dura cuesta de llegada, que por lo tanto se recorre dos
veces. Viendo el tiempo actual casi ni recordamos que fué un día cálido y
soleado, por lo que a los sufridos participantes, que además salimos a las 11
de la mañana, nos cayó la del pulpo. La participación fué buena, unos 500
corredores en la absoluta, de la que 12+1 éramos del CAS. Lo anoto así, no por superstición,
que no lo soy, aunque no está de más no tentar a la suerte, sino porque éramos
12 hombres y una chica. (Varias corredoras preguntaron las condiciones
pra pertenecer a un club tan bien dotado de elementos masculinos. Y bien sabeis
que no invento nada). Dados los múltiples eventos coincidentes y el triatlón
infantil de Sada, la participación tanto general como la del CAS me
pareció buena. La entrega de dorsales fue rápida y a cubierto, lo que se
agradece.
La
prueba tuvo varias peculiaridades, algunas muy positivas, como el calentamiento
previo y el estiramiento post, ambos dirigidos, o los contenedores, uno
próximo y otro algo más distante a los avituallamientos, con lo que se limitó
la antiestética y negativa siembra de recipientes plásticos. Otras
cómicas, como el organizador de los servicios que dirigía el tráfico a los
meaderos y remitía al Plácido de Berlanga.
Partimos
puntualmente a las 11, pero no desde la meta, sino desde unos 300 metros más
atrás, en una salida pretendidamente neutralizada, que causó el asombro e
incluso el estupor de muchos participantes, y cuyo
objetivo resultó incomprensible. Tal neutralización devino
en estampida, y en una especie de sálvese quien pueda acabó
siendo más desorganizada que la salida clásica. Original si fué
pero quedó en fiasco, más cómico que trascendente. Bajamos hacia el
Cantón y , estaban instalando el avituallamiento. Algunos, en un excelente
ejemplo de anticipación, ya se abastecieron, antes de transcurrir el km 1.
(Sería el 5 en la segunda vuelta). Las vivencias de estos jóvenes debieron de
ser muy distitas a las mías y recordé a mi padre, que antes de partir de viaje
advertía sobre la necesidad de beber y mear antes de salir de casa, porque
antes del km 50, no se paraba. ¡Y lo cumplía!.
La
confianza de correr cerca de casa cerca provocó el olvido del
reloj, por lo que debía de correr por sensaciones. Relativamente porque en otro
acierto la organización dispuso liebres, que en un globo indicaban el objetivo
(4,15. 4,30. 5). Así que tuve como referencia el de 50´. Desde el km 2, cogí
como referencia a una chica, que llevaba un excelente ritmo para mis
posibilidades como lo demostraba que teníamos el globo a unos 50 metros y que
adelantábamos a muchos más de los que nos adelantaban. Así relevándonos,
pero con mayor carga ella, llegamos hasta el km 7, en el que pasé por
debajo de 5 el km. Los kilómetros estaban perfectamente señalizados.
Comencé a distanciarme de ella en una cuesta suave, a la vez que el globo
se iba alejando lentamente. El sol picaba y en los muelles y dársenas caía a
plomo. En los serpenteos finales perdí de vista el globo. Mal asunto y malas
sensaciones. La cuesta final me resultó dura, pero aún así adelanté a
varios, (siempre hay quien va peor), y entre ellos a Miguel del CAS, que
en la parte final pudo adelantarme como quiso y en un gesto de compañerismo me
acompañó hasta la meta, entrando ambos en el mismo tiempo. (A 5,09/km, que dada
la dureza y el sol lo daremos por bueno, que remedio, pero con la
frutración de no conseguir el 5 por kilómetro ni de coña).
En
la meta me acerqué a saludar y agradecer la ayuda a la acompañante
accidental y me llevé una mirada reprobatoria por parte de su
pareja. (No se como pudo entrever lo avieso, debilmente aclaro, de mis
intenciones).
Cambiemos
de tema : Bolsa de corredor completa.
La
carrera con las peculiaridades ya comentadas, me pareció excelente y la
organización francamente buena con sus rarezas, que más resultan anecdota que
tacha. El tiempo me resultó excesivamente caluroso, pero de eso se puede culpar
al gobierno pero no a los organizadores.
Salí
zumbando de nuevo a Valdoviño a refrescarme en la playa y a acompañar a mi
madre.
Aunque
voy a seguir entrenando informalmente y yendo a carreras, voy a tomarmelo
durante un mes con más calma. ¿Todavía más?. Os sorprendereis ¡Preparaos a
la vuelta!.
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