La decisiva batalla de Maratón ocurrió en el año 490 a.C.,
en el contexto de la primera guerra
Médica que enfrentaba a Persas y Atenienses.
Un mensajero ateniense, Filípides, corrió la distancia entre Maratón y
Atenas, unos 40 km., para comunicar la
victoria. Los persas habían amenazado que saquearían, (¿tendrá Rato ascendencia
persa? ) y arrasarían Atenas, violando a sus mujeres y sacrificando a los
niños. Se ve que los persas tenían muy mal ganar. Filípides corrió a toda
velocidad tras participar en la batalla, porque sabía que si a la puesta de sol
no llegaban noticias, las mujeres matarían a sus hijos y se suicidarían. (A los
atenienses no les movía el temor a enviudar,
sino el tener que lavar y planchar la ropa mugrienta tras el combate(1).
Filípides llegó, anunció la victoria y se murió extenuado. Su muerte evitó una
hecatombe.
Una carrera que tiene tal carta de presentación no puede
ser menos que mítica. Quien corre la maratón rememora el
mito, se codea con la gloria y transita por la Historia. Es un reto que todo
corredor se plantea en algún momento. Mis razones fueron bien poco heroicas. Me
empujó un amigo, de esos bienintencionados que todos tenemos : “Paco, ahora es
el momento de hacer una Maratón, dentro de poco quizá ya no puedas”. Así que me
decidí, ya sexagenario, a correr mi primera Maratón. Más chochez de viejo, que empeño atlético. Adelantemos que
lo conseguí, no cumpliendo objetivos pero casi. 4 h 8 minutos. Y ello es un
éxito, (moderado), personal, pero sin Fernando, el club, los compañeros de
entreno y en especial Fede que en el tramo decisivo de la preparación tiró y
empujó de mí, no hubiera sido posible. Gracias a todos. Algunos más irán saliendo,
en todo caso menos de los que lo merecerían.
A las ausencias pido disculpas
anticipadas.
Basados en tan sólidos antecedentes cuando Pierre de
Coubertin inició las olimpiadas modernas en 1896 y eligió acertadamente Grecia
como sede. Siguió el consejo de su amigo el historiador Michael Bréal, e instituyó una carrera conmemorativa de unos 40
km, (inicialmente la distancia de los maratones fue variable y en el recorrido del primero hay controversia, pero lo más aceptado son 40 km). El primer
ganador, que se convirtió en un héroe patrio, fue el griego Spiridon Louis, un
humilde, no está claro si pastor o aguador, (por aquel entonces en Atenas no
había agua corriente), que lo hizo en 2h 58´50´´. Su preparación fue un tanto
heterodoxa. El entrenamiento ya lo hacía, fundamentalmente, con su trabajo . La noche anterior a la carrera, la pasó en
vigilia, rezando y alimentándose de
higos secos. Participaron 17 corredores, 12 de ellos griegos. El tercer
clasificado Spiridon Belokas, fue descalificado, ya que había recorrido parte
del trayecto en carro. El puterío y la trampa es tan vieja como la humanidad.
No he encontrado la profesión del descalificado, no sé porque me suena que era
peluquero, (de Arteixo). En esta primera
Olimpiada hubo 241 participantes, todos masculinos. Para que corriesen las
mujeres la maratón olímpica habrían de transcurrir la friolera de 88 años,
hasta L.A. 1984. En 1928, en Amberes se incluyeron los 800 metros femeninos,
pero la visión de muchas participantes tumbadas y exhaustas en la hierba, llevó
al comité a suprimirla por ser demasiado dura para las mujeres. Médicos sesudos
llegaron a manifestar que tal esfuerzo podía provocar desprendimientos
uterinos. Unos profetas visionarios.
1). Herodoto : La
verdad de las guerras Médicas
Que distinto de hoy en día en donde las mujeres son legión
atlética, nos dan mil vueltas a muchos, y siguen en aumento. En la media
maratón de N.Y. de 2013, llegaron a la meta muchas más mujeres que hombres
: 10.989 frente a 9.761. Largo y
venturoso el camino recorrido. ¡Y lo que
queda!.
Largo recorrido, como hice yo, durante la carrera y en los 6
meses previos de entrenamientos. Porque hoy en día la preparación de la
maratón, incluso a nivel popular, es un rito iniciático con tintes sectarios. A
medias entre religión y ciencia, exige entrenos en series, cuestas, progresiones, gimnasio,
tiradas largas, además de conocimientos de fisiología, alimentación,
hidratación, de resistencia de materiales,
etc. Y fe, mucha fe, en uno mismo y en
las indicaciones de entrenadores y enterados. De la técnica de carrera, ni hablamos,
que Mario no se merece más escarnio. Al final, lo doy todo por bien hecho. (Una
vez realizado, y cuando ya no tiene remedio, no voy a decir que hice el gil).
De todas formas hay que ser prudente con los remedios mágicos. En 1912, en la
olimpiada de Estocolmo ocurrió la primera muerte en carrera. El portugués
Francisco Lázaro, carpintero de 21 años, se untó de grasa el cuerpo y así
corrió bajo una temperatura de más de 30 grados hasta el km 29. Quizá no sea
todo tan inocente y chocarrero. Su autopsia descubrió además estricnina y otros
estimulantes. Era 1912, repito.
En mi caso
particular, la parte oculta del éxito, estriba en el
entrenamiento complementario de Zumba, la labor labriego-recreativa en Valdoviño, las albóndigas y arroz con leche
de mi madre y sobre todo el dorsal tan favorable 1105, que suma 7, ideal para
correr en una fecha número primo. (Que todo hay que tenerlo en cuenta).
La distancia de la Maratón de 42.195 metros fue establecida
en la olimpiada de Londres de 1908 y fijada definitivamente en la reunión de
Ginebra de 1921. La razón es totalmente lógica, era la distancia existente
entre el castillo de Windsor y el palco presidencial del estadio White City, en
donde terminaba.
Francamente es una distancia larguísima, (bien podía perdonar
al menos los 195 metros finales, que hasta el rabo todo es toro, pero nada). El muro, aproximadamente, a los 30 km, es real y enorme, (con foso). Y de
haber sido yo Filípides, no hubiese llegado antes de la puesta del sol y
posiblemente ni tan siquiera hubiese llegado y quien quiera suicidarse que lo
haga.
La primera mujer que corrió una maratón oficial fue Kathrine
Switzer, de 19 años en la maratón de Boston de 1967. La intentaron retirar los
jueces, pero su novio, un lanzador de martillo de casi 2 metros, los convenció
de lo inconveniente de su empeño. A partir de 1972, la referida carrera, fue la
primera que admitió mujeres de manera oficial.
Dos féminas, y de ello hablaremos más adelante, fueron mi
apoyo y guía, durante toda la carrera coruñesa.
Adoro las historias hermosas, pero no quiero emponzoñaros
con mentiras. La hazaña de Filípides fue contada por Plutarco, unos 600 años después de que ocurriese y no fue
recogida por ningún historiador contemporáneo el hecho. Una patraña. La
historia es una invención y en realidad nunca ocurrió. La realidad supera a la
ficción. Nos cuenta Herodoto que Filipides, en realidad, fue desde Atenas a Esparta, (unos 250 km y dos días) a
pedir ayuda , ya que el ejército persa era muy superior al ateniense. Se la negaron.
Regresó con la ingrata nueva, (otros 250 y otros dos días) y aún tuvo tiempo de
participar en la batalla. Afortunadamente Coubertin y Bréal, escogieron el mito
corto y falso. De haber escogido el real y largo, numerosos corredores hubieran
emulado el destino mítico de Filípides y el real de Lázaro.
En la próxima entrega os contaré la carrera propiamente
dicha. (Sus vais a cagal había advertido).
continuaraaaa..........
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