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lunes, 30 de diciembre de 2013

I Carreira Pedestre de Anllóns, Carballo

Siento debilidad por las carreras autenticamente populares, aquellas que se celebran por primera vez, se hacen en pueblos pequeños, con mucho entusiasmo y pocos medios y...gratuitas. Siempre que creo que una prueba es así, intento ir, y con esa idea  acudí el 28 de diciembre a Carballo en donde se celebraba "la carrera pedestre do Anllons".  La carrera sería nueva, pero los organizadores no lo parecían o tenían el santo de cara. La previsión de los detalles, la rapidez en la entrega de dorsales, la disponibilidad del pabellón polideportivo, entre otras diligencias,  indicaban experiencia y veteranía. Concurrieron unos 250 corredores en total, 203 en adultos, con tán sólo un abandono.  Participamos 12 miembros del CAS, siete adultos y cinco jóvenes, curiosamente casi todos varones, como va implícito en el arranque del párrafo. Y no es por malmeter pero me consta que el hecho fue muy comentado entre las solteras de la zona. Marcando la diferencia, entre sorpresiva y distintiva, aportó el club el único marchador, no digo ya de la carrera sino posiblemente de toda la zona. Me imagino que habrá ganado, al menos en su categoría.
El tiempo estableció una tregua entre tormentas y granizadas y se quedó soleado aunque fresco y con viento en calma. Muy favorable para la carrera.
Así salimos puntualmente a las 16:30 y recorrimos el circuito : de arranque descendente en asfalto aproximadamente 800 metros, nos desviamos hacia el paseo del río, (si la carrera se llama del Anllons, no habrá que explicitar cúal es el río), inicialmente por la margen derecha, con abundante  vegtación de ribera,   con buen firme de tierra pero con charcos, lo cruzamos por un puente de madera, de esos que llaman de mobiliario urbano y tienen diseño levemente japonés, muy resbaladizo como lo demuestra que se sucedieran varias caídas aunque había elementos de la organización que advertían del peligro. (Me recordaban al tan gallego "te vas caer" que te dicen  al tiempo que te ayudan a levantarte del suelo). Tan sólo contusiones leves y rasguños. Al parecer la organización ya ha tomado nota y piensa poner alfombrillas protectoras en la próxima edición. (Te digo yo que no son novatos). Recorrimos ahora la margen izquierda, con características similares. Cruzamos de nuevo el río y de nuevo corrimos la margen derecha. Parecía que habíamos entrado en un bucle diabólico. Pero no. Finalmente no volvimos a cruzar el río y enlazando por un camino de carro de hierba y tierra, entre prados y campos de labor, totalmente encharcado, ( y tuvimos mucha suerte con la bonanza climática ), salimos al asfalto un poco por arriba del desvio hacia el  paseo. No hace falta ser perito topógrafo para darse cuenta de que si arrancamos en descenso y el circuito era circular, tocaba ahora subir, unos 600 metros. Distancia total 6,7 km. Parecerá corto pero me resultó duro y difícil. 
Cuando estaba llegando a meta, un compañero de entrenamiento, a la vez que me  animaba, me gritaba ¡bracea! ¡ayúdate de los brazos!. ¡Y yo le hice caso!. La conclusión es clara : los entrenamientos de técnica de carrera nos tienen enloquecidos.
Al final agua, manzana, plátano, ducha caliente en el pabellón, pegadito a la meta y sorteo de regalos. (No son novatos, no).
En conjunto me pareció una carrera bien organizada, y con muy buen ambiente. Muy recomendable.
Tras la carrera, cada uno a lo suyo, en mi caso, compras de fin de año y reyes. Francamente me parece menos penoso correr en terrenos enfangados.
Paolo Zimerman

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